Rayo Vallecano 2*- 2 Real Betis (1×1) Sólo los canteranos quisieron la Copa

Fotografía: Twitter Real Betis Balompié

En apenas unos minutos, la Copa del Rey pasó de ser una ilusión para la afición verdiblanca a convertirse en una pesadilla derivada de la injustificable apatía que el Betis mostró durante demasiados minutos. Joaquín y Loren, que entraron desde el banquillo, colorearon momentanéamente una eliminatoria gris, que acabó de la peor manera posible (con derrota en los penaltis) y dejó señalados a varios futbolistas, sobre todo Tello y Dani Martín.

Dani Martín (1). Resulta un tanto cruel cebarse con un chico tan joven en una noche en la que apenas un par de futbolistas dieron la talla. No obstante, en Vallecas volvió a demostrarse que la adquisición del guardameta asturiano es el mayor punto negro de la planificación deportiva. Cuesta entender la apuesta por un portero que, trayectoria aparte, muestra unas aptitudes muy lejanas al máximo nivel. 0 de 4 en la tanda y una pasividad inexplicable en la jugada del 1-0. Poco pudo hacer en el empate.

Emerson (2). Posiblemente, su peor partido como verdiblanco. Cambió la fiabilidad de toda la temporada liguera por una desidia impropia de él. Desbordado en defensa, pasivo en las transiciones y absolutamente inoperante en ataque. El descanso en Getafe la va a venir bien, porque acabó muerto.

Bartra (4). Hizo el típico partido con el que centrales como Sergio Ramos desesperan a sus respectivas aficiones: vistoso y participativo en ataque, pero inexplicablemente desordenado en defensa. Puso en un compromiso innecesario al ya desnortado Dani Martín y desapareció en el gol del empate.

Feddal (4). Al igual que Bartra, todos nos preguntamos dónde estaba en el momento en el que Andrés Martín empujó a gol el balón que, a la postre, supondría la debacle bética. Algo más serio que el catalán en las luchas individuales, pero muy errático en todo lo demás.

Álex Moreno (5). En su regreso a Vallecas, el lateral volvió a adolecer de la irregularidad que han caracterizado sus últimos partidos y a demostrar que la lesión de Pedraza le está sobrecargando de minutos. Como consecuencia de ello, se empieza a minimizar la presencia ofensiva y, en definitiva, el rendimiento de un futbolista capital en el esquema de Rubi.

Guido Rodríguez (5). Primera titularidad para el pivote argentino en una noche en la que, mientras estuvo sobre el campo, se contagió del tono grisáceo que exhibieron sus compañeros. Guardado no le acompañó en ningún momento y el último fichaje verdiblanco, que incluso se atrevió con alguna llegada a los alrededores del área, hizo lo que buenamente pudo. Debe ir a más.

Guardado (3). Enorme paso de atrás del mejicano, quien abandonó por completo la inspiración y la fluidez del último fin de semana para regresar a la apatía y la intrascendencia de sus partidos anteriores. Fue el primer sustituido por Rubi.

Aleñá (6). De lo poco salvable de la primera parte y, en general, de todo el partido. Casi todo el fútbol combinativo pasó por sus botas, pero le faltó ser más determinante en los últimos metros, tal vez fruto de la alta presión que plantearon los rayistas. Como Tello, falló una ocasión clara en la prórroga que hubiese cerrado la eliminatoria.

Fekir (5). Partido extraño del francés. Empezó fuera de sitio (esta vez, Rubi le alineó de inicio en la banda izquierda) y lo acusó, pareciendo más incómodo que nadie en la primera parte. Con los cambios, regresó a la media punta y, arrancando desde atrás, alternó buenas conducciones con momentos en los que pecó de individualista. Acabó fundido y no disipó las sospechas de aquellos que creen que el equipo funciona mejor sin él.

Láinez (2). Decepcionante actuación del extremo mejicano en un encuentro en el que en ningún momento encontró su lugar. Es cierto que Rubi no le ayudó alternando posiciones -sobre todo con Fekir-, pero el jovencísimo futbolista ni siquiera lo intentó como otras veces. Otro más que se apunta un partido para olvidar.

Borja Iglesias (4). Nadie discute su talento y sus ganas, pero empieza a parecer que el altísimo precio pagado por él se ha convertido en una losa difícilmente salvable. Se puede decir que “asistió” a Joaquín en el 1-1 y que generó ocasiones aprovechando su juego de espaldas, pero se antoja un bagaje demasiado pobre para un fichaje de 28 millones de euros. Loren, con poco, mejoró notablemente sus prestaciones.

Tello (0). Si antes del partido existía cierto consenso en torno a la idea de que el extremo catalán era recuperable, la eliminación copera le deja especialmente señalado en una noche en la que lo hizo todo mal. Fue el hombre de refresco que más minutos disputó y, con mucha diferencia, el que más errores cometió. Tiró al muñeco un mano a mano que cerraba la eliminatoria y, como broche, falló el penalti decisivo. Una actuación de las que marcan -negativamente- trayectorias.

Joaquín (7). Saldrá en la foto de la tanda por haber marrado el primer penalti, pero la realidad es que si el equipo llegó a la misma, es gracias al gol que hizo el portuense para poner el empate. De hecho, hasta que el capitán no saltó al campo, el Betis no pareció ir de verdad a por el partido.

Loren (8). A los diez minutos de entrar, ya había hecho más por la eliminatoria que Borja en todo lo que se había jugado. A punto de concluir los 90 minutos reglamentarios, con 1-1 en el marcador, se inventó una jugada que sólo el palo privó de acabar en gol. Ya en la prórroga, puso el 1-2 con una definición de crack mundial. Poco más se le puede pedir a un futbolista que merece por derecho la titularidad.

Edgar (6). Entró en la prórroga para corregir la desesperada última modificación que Rubi realizó en busca del empate: Loren por Guido. El catalán, una vez más, cumplió con creces con lo que demandaba el partido, pero la desidia de algunos de sus compañeros mancilló una estadística impoluta hasta esta noche. Aún no conoce la derrota, pero ya no cuenta por victorias sus intervenciones con el primer equipo.

Pilar Perez

Jefa de Redacción

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