Joel (0). La tónica de toda la temporada. No atajó balones fáciles, no acertó en las salidas (inexplicable su movimiento en el gol anulado a Bacca) y volvió a regalar el palo a Gerard Moreno en el 0-2. Creer que algún día parará un penalti es un acto de fe de dimensiones bíblicas.
Emerson (3). Haciendo un mal partido, fue el menos desacertado de la línea defensiva. Y esa es una señal terrible. Aguantó físicamente bien, pero es complicado mantener un nivel elevado, cuando la media de los demás es tan sumamente bochornosa.
Mandi (1). No es ni la sombra del central que vimos con Setién. Blando en la marca, errático con el balón en los pies, lento en el despliegue… Temporada para olvidar.
Bartra (0). Su partido, de nuevo, no admite justificación. Bacca buscó un penalti con el truco más viejo del mundo y el central cayó en la trampa. Sustituido en el descanso, agravando el que sin duda es el peor momento de su carrera deportiva.
Sidnei (1). No tiene menos nota porque en la segunda mitad cortó un ataque peligroso de Samu Chukwueze. Esa jugada fue la excepción en otro partido horrible de toda la defensa. En la foto del 0-2 por la endeblez de su marca a Gerard Moreno.
Pedraza (0). Ante el equipo al que pertenece, jugó, con diferencia, su peor partido con la elástica verdiblanca. Mal en defensa y peor en ataque. Fekir le regaló un gol y él, nunca sabremos por qué, se negó a convertirlo.
Guido Rodríguez (2). Llegó el último y, en consecuencia, es el menor culpable del desastre de equipo que es actualmente el Betis. No obstante, vino para arreglar una carencia y, a día de hoy, está a años luz de conseguirlo.
Guardado (2). No está bien físicamente, ni con el balón en los pies. Va a acabar la temporada tan mal que, tarde o temprano, se abrirá un debate en torno a lo necesario de su continuidad.
Canales (4). La imagen de la noche fue, sin duda, su rostro de desolación minutos después de abandonar el césped. Sobre él no estuvo especialmente acertado, pero al menos dio la cara. Con la excepción de Fekir, fue el único al que pareció dolerle la imagen del equipo.
Fekir (5). Tal vez no sea políticamente correcto decir esto, pero su expulsión (evitable, tanto por su parte, como por la de Gil Manzano) fue lo único que se acercó a la decencia. Obviamente es un lastre jugar con uno menos, pero Fekir vio dos amarillas por protestar con motivo (le pitaron una falta que no era) y por pelear un balón tras la pérdida de un compañero. Y en una noche en la que la actuación del resto fue esperpéntica, consuela que a un campeón del mundo le duela el escudo. Su roja fue fruto de la impotencia, bien porque le cosen a patadas en cada partido, bien porque sus compañeros no están a la altura de su talento y entrega, bien por una mezcla de las dos cosas. Sea como fuere, desde aquí, el aplauso de un humilde redactor que lamentaría su marcha, pero nunca culparía al francés por tomar esa decisión. Gracias por defender al Betis, Nabil.
Borja Iglesias (0). Agota repetir lo mismo en cada nueva valoración. Si Rubi se obcecó en ponerle contra viento y marea, Alexis no iba a ser menos, que para eso es el responsable de desembolsar 28 millones de euros por un fichaje que, con el transcurso de las jornadas, ha pasado de decepción a absoluto fracaso. Ni un minuto para Loren, por cierto.
Juanmi (2). Entró en el descanso en sustitución de un desconocido Marc Bartra. La dupla Alexis-Merino buscó un efecto similar al del día del Levante, pero esta vez no funcionó el experimento. Aún así, el malagueño hizo más cosas que Borja Iglesias.
Aleñá (3). El partido del equipo estaba siendo tan malo, que, con poco más que una llegada al área y un par conducciones sin perder el balón, el catalán pareció mejorar las prestaciones del centro del campo. Insuficiente para aprobar.
Joaquín (S.C.). Entró junto a Tello en el minuto 78’. Tuvo un tiro lejano con el que intentó sorprender a Sergio Asenjo, pero se antoja insuficiente para calificar su rendimiento.
Tello (S.C.). Como Joaquín, tuvo tiempo para hacer algo más, pero el partido funcionaba a marchas tan bajas, que su falta de participación, esta vez sí, está justificada.
Édgar (S.C.). Jugó sus primeros minutos con Alexis en el banquillo, pero fueron muy pocos. Presencia testimonial.