Dani Martín (6). Vendido por la defensa en el gol del Atlético, realizó una salida en falso en el tanto anulado a Morata. Que la jugada no subiese al marcador le mejora la nota en una noche en la que mostró madurez, aunque apenas tuviese trabajo.
Barragán (4). Sorprendía su titularidad en una plaza tan complicada como el Wanda Metropolitano. Sin perpetrar ningún desastre, evidenció que su nivel actual se aleja del que mostró en su primera temporada como verdiblanco y, por descontado, de Emerson.
Bartra (5). Cometió errores en la marca y a la hora de trazar la línea de fuera de juego. Uno de ellos, incluso, permitió a Diego Costa rematar –con el pecho- a gol. A ojos del que escribe, no obstante, la crítica se antoja desmedida para alguien que esta noche se vació sobre el terreno de juego.
Sidnei (6). Entró nervioso y algo errático al campo (como toda la defensa), pero poco a poco le fue tomando el pulso al partido y se acabó erigiendo en el hombre más sobrio y fiable de toda la zaga.
Álex Moreno (6). La superpoblación del mediocampo le dio libertad en ataque y el catalán la aprovechó mientras le aguantaron las fuerzas. Aportó desborde, pero, aunque mejoró sus prestaciones de los últimos partidos, acabó exhausto.
Guido Rodríguez (7). Menos determinante que en el último encuentro, pero igualmente generoso en el esfuerzo. Su partido fue un derroche de trabajo y ayudas constantes a los compañeros. Acaba la temporada a un muy buen nivel.
William Carvalho (6). Seria actuación del portugués, quién agradece con buen juego el sostén cercano de un pivote defensivo puro. Con seguridad y acierto en el pase, jugó en el Wanda sus mejores minutos tras el confinamiento.
Canales (7). Gran partido del cántabro ante los colchoneros. Trabajó como el que más y llevó la batuta del juego verdiblanco desde el pitido inicial. El equipo es mejor cuándo su genio sale de la lámpara.
Guardado (5). Alexis le sacó del centro del campo y le desplazó a la posición que ocupaba en su etapa en el Deportivo: el extremo izquierdo. Si bien tuvo una de las ocasiones más claras de la primera parte, al mejicano se le vio algo incómodo y fuera de sitio.
Fekir (7). En su línea. Ni ante la defensa más rocosa de Europa se achanta el francés. Thomas y los centrales del Atleti le persiguieron como almas en pena por el Wanda, pero sólo las faltas reiteradas podían parar las arrancadas y cambios de ritmo del mediapunta.
Loren (8). Sí, como insisten las críticas más ácidas, falló un mano a mano. Que él mismo generó de la nada, aunque ese matiz se suela obviar. Porque así fue el partido completo del marbellí: una nueva demostración de que mientras algunos “delanteros” están más preocupados por las redes sociales que por su propio rendimiento, otros aprovechan cada minuto sobre el campo para luchar cualquier balón que esté en disputa, fabricarse ocasiones que se antojan imposibles y, en definitiva, recordar que un traspaso elevado no te hace mejor futbolista. Mientras los hay que siguen esperando al mesías anunciado que nunca llega, los más humildes nos conformamos con esos soldados que podrías llevar contigo a cualquier guerra.
Pedraza (6). Sustituyó a un lesionado Guardado antes del descanso. Sin hacer nada extraordinario, se ubicó en el extremo izquierdo y constató que dicha posición, a día de hoy al menos, le es más familiar que al mejicano.
Emerson (7). Entró por Barragán a los pocos minutos del comienzo de la segunda parte, con el objetivo de potenciar el juego por banda del equipo. Y desde que saltó al césped, no hizo otra cosa que correr, desbordar, centrar y ofrecerse. Su nivel y el de su competidor por el puesto son sencillamente incomparables.
Joaquín (5). Saltó al campo a la par que Emerson, y aunque combinó con sus compañeros en varias jugadas trenzadas en la zona de 3/4, no estuvo tan inspirado como otras veces. Ayudó al equipo, pero no le llegó para desequilibrar la balanza del lado verdiblanco.
Tello (S.C.). Sin tiempo para nada.
Borja Iglesias (S.C.). Lo mismo que Tello, pero habiendo costado 24 millones de euros más.