El sinfín de vaivenes en el organigrama verdiblanco

El éxito se basa en la estabilidad. Y, en el fútbol, se nota mucho. Cuando por club pasan una decena de entrenadores en 5 años, algo va mal. En estos años, que podrían estar catalogados como fracasos para el Real Betis, la debilidad verdiblanca ha estado en cualquier ámbito. Cuando al mal juego se le suma una peor gestión técnica, todo colapsa y se genera el desastre.

La estabilidad en la zona directiva no es algo que caracterice al Real Betis en los últimos años. Los verdiblancos suman 8 entrenadores y 5 directores deportivos desde diciembre de 2015. Una cantidad innumerable de despidos. Esta semana, Santos Pargaña (delegado de campo) fue de los últimos damnificados. Al ex árbitro hay que sumarle las salidas de Jaime Quesada, Pedro Buenaventura, Ángel Luis Catalina y Jesús Sánchez. Todos ellos integrantes de la secretaría técnica.

Con la incorporación de Santos Pargaña se buscaba tener cierto peso, del que el Real Betis carecía, en la federación. Su contratación vino tras escandalosos arbitrajes que perjudicaron al conjunto verdiblanco. Desde la entrada del año nuevo, el partido del que salieron peor parados fue el del Coliseum Alfonso Pérez (Getafe 1-0 Real Betis). Aun así, tras la llegada del nuevo delegado de campo, los béticos siguieron siendo perjudicados en otros encuentros (vs Celta de Vigo, en la temporada pasada, o vs Real Madrid, en la actual campaña).

Muchos entrenadores y fútbol mediocre

La llegada de Ángel Haro y López Catalán a la presidencia se produjo en diciembre de 2015. Con Merino destituido de su puesto de entrenador, llegaba al cargo Gustavo Poyet. Con el uruguayo, el club fue a pique. Duró solo 4 meses en su puesto. Le sustituyó Víctor Sánchez del Amo. Quien, al menos, acabó la temporada.

Cuando se avecinan curvas en lo deportivo, los de Heliópolis han optado (en varias ocasiones) por retomar viejos conocidos en los mandos. Prueba de ello son las contrataciones de Juan Merino y Alexis Trujillo como interinos. Y es que, desde Serra Ferrer como entrenador (1993-1997), el club bético comenzó a tener, prácticamente, un entrenador por año. Pepe Mel fue la única excepción de larga duración.

Tras las nefastas campañas de Gustavo Poyet y Víctor Sánchez del Amo como técnicos verdiblancos, el club apostó por Quique Setién. Se buscó una nueva filosofía: la posesión de balón. Con el cántabro, el Real Betis ha conseguido los «mayores logros» en 5 años, una clasificación europea en 2018. Aunque también se quedó a las puertas de una final de Copa del Rey al año siguiente. Setién fue destituido y, en cuestión de días, ya tuvo sustituto para afrontar una nueva temporada.

El elegido, esta vez, fue Rubi. El catalán venía de lograr una clasificación europea con el Espanyol en las últimas jornadas. Sin embargo, esa suerte no estuvo con él en su siguiente club. El nuevo técnico verdiblanco fue capaz de conseguir una de las peores clasificaciones en los últimos años para el Betis (15º) a pesar de tener en la plantilla futbolistas de la talla de Nabil Fekir, Sergio Canales, Cristian Tello o William Carvalho.

Tras el fin de esa desastrosa temporada, Haro y Catalán decidieron incorporar a Manuel Pellegrini en el banquillo y a Antonio Cordón en la dirección deportiva. Ambos son personajes muy contrastados y con grandes éxitos en el fútbol. Y, actualmente, el Real Betis se encuentra a 2 puntos de Champions League, con 8 jornadas de Liga disputadas.

Una dirección deportiva que no encuentra la solución

Desde la llegada de Haro y Catalán, por el Real Betis han pasado 5 directores deportivos: Miguel Torrecilla, Eduardo Macià, Lorenzo Serra Ferrer, el propio Catalán y, ahora, Antonio Cordón. A excepción de Serra Ferrer, con el resto llegaron fichajes poco ilusionante y el Betis se convirtió en un equipo mediocre. Aunque algunos de sus fichajes mejoraron futbolísticamente y actualmente siguen en el primer equipo. Después, otras incorporaciones como Leandro Damiao, Van der Vaart, Digard o Tarek.

A día de hoy, Cordón ha decidido reestructurar toda la parcela técnica, con las destituciones ya mencionadas. Sin embargo, a pesar de no haber hecho fichajes estrella (por llamarlo de alguna manera), el Real Betis muestra otra cara totalmente distinta a la del año pasado.

En definitiva, el club heliopolitano ha pasado por muchos cambios, de los que no ha salido beneficiado. Por ende, se busca la estabilidad que haga llevar al Real Betis a lo más alto de la tabla y a luchar por sus objetivos. Frente a discursos pasados marcados por un claro objetivo (Europa), y dichos públicamente, esta temporada ha cambiado. Antonio Cordón y Manuel Pellegrini optan por el partido a partido, sin pensar en lo que pueda pasar la semana siguiente.

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