Volvió. Como cada mes de agosto, LaLiga se reanudó y, con ella, la pasión de millones de aficionados que vuelven como antaño a los estadios. Lejos queda ya el eco en las gradas. Esta vez, el regreso de la temporada para el Real Betis coincidía con la vuelta del RCD Mallorca a Primera División. Fue en el Visit Mallorca Estadi, antiguo Son Moix, donde poco más 6000 aficionados bermellones regalaron su aliento en busca de un buen comienzo.
Los bermellones golpearon primero
El choque enfrentó a dos equipos cuyo estilo de juego se caracteriza por la posesión del balón. De un lado, los locales realizaron un fútbol muy vistoso en la temporada de su ascenso, mientras que los verdiblancos dominaron el balón en cada uno de los encuentros que le devolvieron a Europa. Así, el inicio del duelo se mostró incierto hasta que el centro del campo de los heliopolitanos agarró el balón y despejó todas las dudas. Con Paul al timón, la línea de tres cuartos se mostró muy volátil. Si bien, no terminaba de conectar con su delantero referencia. Del otro lado, los palmesanos adoptaron rápidamente su rol y no pusieron demasiadas trabas para contragolpear. Precisamente, así llegaron las dos primeras ocasiones del encuentro, primero con Ángel, y luego con Mboula.
Con el paso de los minutos, los mallorquines se acercaron cada vez más a la portería bética, hasta que sucedió lo inevitable. Un desmarque de Braian Oliván a la espalda de Montoya, cual cuchillo entrando en mantequilla, enviaba al fondo de la red una asistencia increíble de Dani Rodríguez. Muy profundos los laterales del Mallorca. Si poco tardó el gol, menos aún tardó la lesión de Alex Moreno, quien acusó sus despistes y tras una persecución a Mboula se vio obligado a retirarse. Fue Calderón quien le sustituyó, logrando su debut en la máxima categoría. No obstante fue una dura papeleta la que recibió, pues el extremo de Granollers, Jordi Mboula, fue un constante quebradero de cabeza para él.
Los papeles se fueron cambiando, pues el Mallorca se hizo con el dominio del balón en grandes fases del encuentro. Al equipo le fueron brotando las carencias defensivas, demostrando la necesidad de refuerzos que presenta la zaga.
El Real Betis se reenganchó
La vuelta de los vestuarios no distó en demasía de lo ya vivido. El conjunto dirigido por Manuel Pellegrini comenzó muy espeso con el balón, tanto en la construcción como en la destrucción de las jugadas. Si bien, fue temprano cuando los de Luis García dieron un paso atrás cediendo la pelota casi por completo. De hecho, en cuanto Canales se acercó al área rival, empezaron a llegar las primeras ocasiones de los sevillanos. En suma, el técnico chileno agitó pronto el árbol dándole el relevo de los extremos a Juanmi y Róber. Y llegó el gol. Fue a balón parado. El recién entrado Juanmi envió a las mallas un centro preciso de Fekir, colocando el empate en el marcador.
El Real Betis empezó a reaccionar. Los verdiblancos se asentaron en el campo, con alguna que otra dificultad, pero alejando cada vez más a los locales de su área. Con el transcurso del segundo tiempo, los bermellones fueron de más a menos, renunciando al balón y esperando alguna oportunidad al contragolpe. Enfrente, aunque los verdiblancos no cesaron en su empeño de lograr la remontada, no lograron crear las ocasiones suficientes para deshacer el empate. La más clara la tuvo Joaquín, pero se marchó desviada del marco de Manolo Reina.
Finalmente, reparto de puntos justo al término de un partido en el que cada mitad fue dominada por un equipo. El Real Betis logró levantar un partido que se puso muy cuesta arriba. Determinantes los cambios de Manuel Pellegrini. Desde ya, a pensar en la visita del próximo viernes del Cádiz CF, para poder hacer válido el punto conseguido en Palma de Mallorca.