El Betis se muestra muy superior a un Getafe casi desahuciado y logra una victoria inapelable que, por los méritos contraídos en el transcurso de los casi 100 minutos de partidos, resulta incluso algo corta.
Sale el equipo verdiblanco con un once renovado con seis jugadores que no fueron de la partida en Pamplona. Así, Manuel Pellegrini pone a Bravo en portería, defensa de cuatro con Bellerín, Pezzela, Edgar y Miranda, doble pivote con Guido y William Carvalho, Juanmi y Canales partiendo desde las bandas pero con mucha libertad, Fekir haciendo la media punta y Willian José en la punta de lanza, dibujando el ya tradicional 1-4-2-3-1 en ataque y el 1-4-4-2 en defensa. El Getafe sale con un once compuesto por Soria en portería, Iglesias, Djené, Mitrovic, Cuenca y Olivera, formando una línea de cinco defensas, Timor, el interesante Florentino y Maksimovic en medio campo, y la labor desagradecida de Macias y Unal en la delantera.
Pronto se vieron las intenciones de ambos equipos, el local intentando dominar con balón y el visitante intentando parar el juego con faltas e intensidad. En estos primeros minutos de tanteo, Willian José ya demostró que venía con ganas, y estuvo vivo en el minuto 13 para aprovechar una contra que nace en un robo de Carvalho, una cabalgada de Nabil que lleva el balón hasta el centro del área y allí, donde viven los killers, el brasileño demuestra que está de dulce con un remate fuerte y cruzado que pone el 1-0 en el marcador.
El Betis aprovecha que el Getafe acusa el golpe y controla el partido con total claridad, sale de la presión de los azulillos utilizando a Bravo como hombre libre y lleva el balón a la sala de máquinas, donde un imperial William Carvalho le da la razón al míster cuando dijo aquello de que “una plantilla con Carvalho es mejor que una plantilla sin Carvalho”. Descomunal partido del portugués que parece haber decidido por fin ser el hombre que algunos pensamos que podía ser. Verlo sacar el balón jugado es una gozada, y si encima está acompañado por uno de los mejores jugadores de la liga como es Nabil Fekir, el juego del Betis se hace música.
El propio Nabil acaparó los focos el resto del primer tiempo: disparó en el minuto 19 a la cruceta, provocó una falta que bien podía haber sido sancionada con roja, aunque el árbitro estimó solo amarilla e intentó una vaselina lejana en el 43. En todo este tiempo de clara superioridad bética, se echó en falta algo más de mordiente en el equipo. Que la superioridad se tradujera en ocasiones.
El Getafe realizó su primer chut en el minuto 46, justo antes del descanso, y se fue muy alto.
La sensación de los béticos en la pausa para el bocadillo es que este era un partido que sólo podía perder el Betis. Ese temor atávico que los béticos tenemos al error y al regalo, era lo único que nos hacía sufrir por el resultado.
Decide Pellegrini cambiar a un Canales que, si bien no hizo mal partido, tampoco estuvo brillante. El mago juega mucho, se reserva poco, y necesita algo de descanso para volver a su mejor rendimiento. En la rueda de prensa posterior, Pellegrini explicó que había recibido un golpe y que prefirió reservarlo. En el equipo visitante, Míchel da un paso adelante pasando a defensa de cuatro, poniendo doble lateral en banda derecha y metiendo al bullicioso Sandro y a J. Silva. Ya en el primer tiempo tuvo que retirar a Maksimovic por lesión.
Cuatro minutos tardó el Betis en crear peligro, Edgar remató un córner con mucha intención, pero el balón salió fuera por poco.
Fueron minutos de cierta igualdad en los que el trabajo defensivo del equipo verdiblanco le permitía vivir sin apuros, hasta que, en el minuto 54, un tremendo jugadón por la banda derecha en la que combinan Bellerín, Guido (taconazo incluido), Rodri, Nabil, y de nuevo Bellerín, para que Willian José aproveche el regalo de la diosa Fortuna, en forma de doble rechace, para materializar el 2-0, y convertirse en el héroe de la noche. En plena fiesta local, el delantero falló un mano a mano que le hubiera dado el hat trick, y en el rechace, Juanmi chutó alto con todo para marcar. No fue la única ocasión clara que el equipo desaprovechó.
Pero antes de que llegara el carrusel de ocasiones, tuvo el Getafe la más clara del partido en una jugada que arranca con falta clamorosa a Guido (¿os suena?), y que Unal desperdició después de hacer lo más difícil e irse de tres defensas, cruzando demasiado ante Bravo. Lo lógico es pensar que el VAR hubiera anulado la acción si hubiera sido gol, pero cualquiera se fía del Var en España. Y con el Betis.
William Carvalho en el 63 abre la veda de ocasiones falladas, chutando muy desviado. La locura ofensiva bética la continúa Nabil en el 64, provocando la parada de Soria. Acto seguido se entra en unos minutos de cierto descontrol provocado porque el equipo madrileño sube sus líneas y el Betis pierde algo de efectividad en el pase. Míchel aprovecha para meter más pólvora y entran Mata y Poveda por Unal e Iglesias.
Sandro provoca alguna ocasión con chuts lejanos y el Betis pierde ocasiones de salir a contras mortales. Quizás por ello Pellegrini decide darle minutos a Tello, que entra por un muy trabajador Juanmi. Que recibe una emocionante ovación.
Volvemos a la locura: en el minuto 72 Borja Iglesias hace un enorme disparo que Soria consigue rechazar y mandar al palo. En el 76 un centro de Florentino desde la derecha se envenena y casi le da un disgusto a Bravo, que ve como el esférico golpea en la escuadra de su portería. En el 77 el que falla es Nabil en la toma de decisiones en área contraria. En el 79 Borja tira por encima del larguero al llegar algo forzado a un centro desde la derecha. El partido se ha roto y en la grada se huele la sangre y la posibilidad de endosarle una goleada a un equipo que años atrás nos ha dado muchos problemas y se nos ha hecho muy antipático con su juego marrullero. En el 81 otra contra que saca Carvalho y conduce Borja termina con un chut a la cruceta de Rodri y con un remate de cabeza de Borja, al recoger el rechace, que golpea el palo de nuevo. En el 85 Fekir chuta al muñeco. Es un milagro que no se agrande la distancia en el marcador.
Llegamos al minuto 89 y el coliseo verdiblanco (guiño, guiño) despide con una sonora ovación al que, según algunos plumillas, nunca hace nada, Nabil Fekir, y al que este verano muchos quisimos vender tras dos años mediocres, William Carvalho. Los dos mejores, junto al goleador, del encuentro de esta noche. Por ellos entran Guardado y Camarasa.
El árbitro da siete minutos de descuento y provoca hilaridad en la hinchada, que considera que otra vez se da demasiado, pero no hay lugar para que ocurra lo del Espanyol a pesar de que Sandro sigue dando guerra, es más, son Tello y Borja los que aún pueden ampliar la ventaja. Algo que, por cierto, habrá que seguir trabajando, porque no es bueno que el equipo falle tantas ocasiones claras, algo que ya nos ha salido caro en algún encuentro.
Y así llegamos al final de un partido que, por merecimientos, el Real Betis Balompié debió ganar con mayor holgura. Un triunfo que pone los focos en Willian José, en Carvalho, en Fekir, en Guido y, ojo al dato, en un Edgar que va demostrando, a la chita callando, con humildad y buen juego, que la decisión de contar con él como central no era ninguna locura.
Pero hay algo que me parece aún más importante y que creo que esta racha de partidos está demostrando y poniendo encima de la mesa: el fondo de armario. Se habla, y con razón, de la gestión de plantilla que el ingeniero está realizando, lo valiente que está siendo tirando de jugadores criticados, que vienen de malos partidos o que no cuentan con el favor de la grada. Todo esto es cierto. Pero también es cierto que si el míster puede darse el lujo de rotar entre seis y ocho jugadores de un partido a otros, es porque tiene una plantilla lo suficientemente amplía para hacerlo. ¿Suficiente para tres competiciones? El tiempo lo dirá, pero a día de hoy la sensación es que, juegue quien juegue, el equipo compite. Y eso es gracias a la confección de la plantilla. Disfrutemos de nuestros gladiadores.
Viva el Betis SIEMPRE.