Iván el «Terrible» me decía el fanfarrón. Mi padre y yo lo veíamos cada noche ir en busca del adulterio. Nunca tuve relación con él, ni siquiera me dio clases ese profesor. Simplemente me bautizó de aquella manera, y ahí se quedó ese mote sobrevolando mi mollera. Iván IV de Rusia, quien inauguró el Zarato de este gran imperio, tuvo siete mujeres distintas. Ya pronto rondará esa cifra el pícaro mentor de nuestra historia.
Cordonevski, con la mente más fría que un zar ruso
Cuenta la leyenda que mandó matar a su elefante cuando la peste se extendió por Moscú, allá por finales del siglo XVI. Los animales exóticos eran un regalo habitual en aquella época y un Sah persa, (como se conocían antiguamente a los monarcas de Irán) le concedió este presente como muestra de afecto. Fruto de la envidia, el pueblo moscovita aprovechó la más mínima ocasión que tuvo para culpar al elefante del desastre endémico que azotó Rusia, y el zar Iván IV Vasílievich se vio obligado a enviar al ostracismo a su elefante. A muchos os sonará el fondo de esta historia, de la misma forma manera que le sonará a Álex Moreno, Juan Miguel, Bartra, Borja Iglesias o William Carvalho. A decir verdad, el portugués es el que más se asemeja al paquidermo. Bien por su forma de trotar, o bien porque podría tener el mismo destino que el del magnate ruso. No me decanto por ninguna que quede claro, para eso ya estáis vosotros. A decir verdad, de la mente fría de Pellegrinov y Cordonevski el pasado verano para no deshacerse de ninguna de esas piezas, nace la gran parte de culpa de los éxitos actuales de la entidad.
Después de que viese la luz el sorteo del siguiente «round» europeo del Real Betis, con tinte ruso por si aún no os habíais percatado, me dispuse chiflado yo a buscar qué había en Rusia. Di a parar a Netflix, donde un documental sobre «Los últimos zares» captó toda mi atención. Porque los zares sí fueron rusos, no como la ensaladilla que por si no lo sabíais, tiene origen francés. Fue Lucien Oliver en el siglo XIX quien se dirigió a triunfar al país más extenso del mundo. Al del monte Elbrus. Al país de las once franja horarias distintas y a la considerada mayor potencia energética en la actualidad. Por entonces estarían el Elbrus y los zares, no creo que lo demás existiese. Por cierto, al igual que Lucien Oliver, mi otro compatriota en la actualidad, «monsieur Napoleón Bonaparte» también intentó en 1812 conquistar Rusia. Él con sus feroces tropas, no con su ensaladilla. A mí me parece ridículo que triunfase el de las patatas cocidas. Quizás Napoleón no fuese tan buen estratega. Lo que sí queda claro es que Pellegrini tendrá que pasarse a los fogones para conquistar San Petersburgo.
A Bilbao, con la bayoneta
Hablando de conquistas, ¡qué mal se le da al Real Betis San Mamés! En las últimas dieciocho visitas, tan solo cuatro victorias verdiblancas. Tan solo salió indemne en cuatro batallas, por lo que aún le falta para ganar la guerra. Les tocará seguir intentándolo. Aquí no hay frío que valga. Pellegrini no temerá al frío ruso como lo hizo Nabulio (así es como conocían en su familia al general francés), pero si puede temerle a los leones.
Hoy por hoy, en una guerra entre leones y elefantes, ganan Extebarría, Aduriz y Fernando Llorente. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas. Si bien, esta vez los leones van sin colmillo. Su máximo goleador, Iñaki Williams, no anota desde el 26 de octubre. Como tal, el Athletic Club lleva tres partidos consecutivos sin anotar. Toda vez que Manuel Pellegrini alinee su fortaleza en la retaguardia, que solo ha encajado un gol en los últimos cuatro partidos, solo tendrá que desplegar su arsenal en ataque. Como ya hiciese ante la Real el pasado domingo. El chileno tiene al segundo equipo más goleador del campeonato. ¡Ala, a hincarle el diente al Atlhetic! ¡O el cuerno!
El Real Betis visitará el próximo domingo el País Vasco con Juanmi en la punta de la lanza, o mejor dicho, de la bayoneta. Tan solo hay que ver como uso de trampolín, nada más y nada menos, que a Robin Le Normand para enviar el balón al fondo de la red. Lo hizo de un testarazo, emulando el remate que caracterizó al máximo goleador español de la historia: Don Telmo Zarraondia Montoya, alias «Zarra». El delantero vizcaíno, que fue conocido durante un tiempo tras uno de sus viajes con la Selección como «La mejor cabeza de Europa después de Churchill», da nombre desde la temporada 2005/06 al trofeo que otorga el diario Marca al máximo goleador nacional. Hoy por hoy, Juan Miguel Jiménez va en la pole de su honorífico trofeo con diez tantos.
El Zenit pasa primero por el río «Tajo»
San Petersburgo queda aún en un horizonte muy lejano. Mucho antes tocará abordar la visita a «La Catedral», partido con el que los verdiblancos se irán a las vacaciones navideñas. Este podrá asentar aún más en el podio a los de Pellegrini, que continúan intratables en la tercera plaza del campeonato español. Si bien, aún con más antelación tocará tratar la visita a Talavera de la Reina. La ciudad del «Tajo» como así la conocen los alrededores de Toledo, dará lugar a la siguiente ronda del Real Betis de la Copa de S.M el Rey el próximo jueves. Con la verdad en la mano, este torneo es el que más tardes de gloria le ha dado a la entidad y es el camino más corto a lograr un título, a pesar del buen rumbo que ha tomado el equipo en los otros dos campeonatos.
Así pues, si con lo que se quedó Pellegrini tras ganarle a la Real Sociedad de manera tan contundente, habiendo logrado mantener la tercera plaza una jornada más, con la clasificación europea ya certificada y con el sorteo cercano, fue «me quedo con ganarle al Talavera el día jueves», yo me voy a quedar con eso. Su ambición ha llevado al Betis por la senda del éxito hasta el momento. Luego tocará el rocódromo de Íñigo Martínez, y mucho más adelante la gélida San Petersburgo. Cabeza fría, o caliente, ¡lo que mande la dupla Pellegrinov-Cordonevski! Iván el Terrible, a vuestros pies.