El Betis se presentaba a este primer partido de liga del año 2022, después de unas semanas preocupados por las posibles bajas ocasionadas por el COVID, con una convocatoria sin sorpresas, donde Pellegrini llamó a todos los disponibles. La sorpresa vino en el once inicial que presentó el técnico chileno para el encuentro. Por un lado, sentaba a Fekir (fue uno de los contagiados por COVID) y en el lugar del francés, le daba la titularidad al “chico Lainez”. Al mexicano se le presentaba una ocasión estupenda para ver si era capaz de dar un golpe en la mesa y presentar su candidatura para ir entrando en el grupo de los habituales.
El rival de hoy, el Celta de Vigo venía también con varias bajas y se presentó al Villamarín como un equipo defensivamente muy bien situado en el campo y con un ataque más que efectivo (5/7 en tiros a puerta en todo el partido). Los goles del Celta llegaron en la primera parte, el primero fue de penalti de Iago Aspas y el segundo otro golazo del mismo, que terminó de crucificar al Betis. La primera parte del equipo verdiblanco fue plana y sin realizar ese juego vistoso y ofensivo al que nos tenía acostumbrados en 2021. Durante estos 45 minutos pudimos observar cómo Lainez desaprovechó la oportunidad que Pellegrini le había concedido hoy y fue cambiado durante el descanso por Rodri. No sólo estuvo mal Lainez, de medio campo para arriba, el Betis apenas generó ocasiones (sólo 1/6 tiros a puerta en la primera parte).
Al poco de comenzar la segunda parte, Pellegrini parece que vislumbraba lo que se le venía encima y rápidamente volvió a cambiar jugadores, sacando de refresco a Fekir y a Borja Iglesias por Guardado y Willian José, respectivamente. A partir de esos cambios el Betis comenzó a generar más juego ofensivo, pero sin suerte alguna, el equipo demostraba más fe que efectividad en el ataque (6/12 tiros a puerta, sólo en la segunda parte). La situación era la de un Betis perdido, atascado, realizando ataques sin criterio alguno, esperando alguna genialidad de Fekir, de Juanmi o de Borja Iglesias…pero estas nunca llegaron. El Celta también tuvo la fortuna de cara a la hora recuperar los rechaces y balones sueltos que quedaban en su área y en ningún momento tuvo la sensación de que el marcador cambiará a favor del cuadro verdiblanco.
Al final, un 0-2 para los vigueses y una segunda derrota consecutiva para el cuadro bético. Como muchos de vosotros, participo en un grupo de WhatsApp de familiares y amigos béticos (desde aquí un saludo a todos ellos) y la sensación que teníamos todos en el grupo tras el final del partido ha sido la de que, aunque el partido hubiera durado dos horas más, tampoco hubiéramos logrado la victoria. En esta semana tenemos partido de ida de la Copa del Rey con el Valladolid, esperemos y confiemos en la labor de Pellegrini y Cordón para recuperar las buenas sensaciones de este equipo.