Crónica de la afición| Real Betis 0 – 1 Elche CF: Amargo comienzo de una semana fantástica

Foto vía: Real Betis

Fiel a sí mismo,  el Real Betis se presentó ante su afición perdiendo cuando todos esperábamos que ganase, quizás era demasiado placebo para una semana fantástica que se inició tras empatar a cero con la Real, en un Viernes Santo impropio para jugar un partido de fútbol. Saltaba el Real Betis al césped rodeado de su historia, aquellos campeones de televisor en blanco y negro de mi infancia y los del Mucho Betis de mi juventud y ante todos, el tiempo que inexorablemente nos pasa, menos para el portero del Elche .

Llegaban con el agua de la segunda división al cuello y acabó complicándonos la noche; ni fue el mejor partido, ni se mereció perder, un empate hubiese sido el resultado justo, que ese gol de Juanmi de no haber sido en fuera de juego hubiese saltado al marcador para que pudiésemos ensayar el “ohjuanmigué” antes de que el sábado saltemos a la Cartuja con los corazones a flor de piel. Un once de gala que Pellegrini dibujó con lo mejor del vestuario, pese al aturdimiento de Fekir y Canales  y el inconveniente de toparse con la defensa indestructible del Elche, que hacía que resultase casi imposible acceder al área contraria. Willian José da un trallazo al larguero y el equipo parece espabilarse un poco y Canales nos llevaba a sacar los bocadillos con un zurdazo que desvió el portero. Aún quedaban cuarenta y cinco minutos por delante para conseguir el objetivo, pero el Betis dominaba y no marcaba. Guardado, de los mejores, era llamado por Pellegrini vestido con su chándal talismán mojado de lluvia y de desilusión, mandándolo al vestuario con el consiguiente cabreo del mejicano, dándole entrada a Joaquín que se colocaba el brazalete de capitán donde lleva metida a todos los béticos del universo. Saltaba el capitán al césped atusándose el flequillo, mientras la cuarta árbitro le hacía el habitual pase de revista, Borja Iglesias y Tello, le siguieron,  sin encontrar la inspiración que ojalá, les esté esperando en la Cartuja. El Elche venía a ganar y ganó, a pesar  de que el Betis jugase mejor y a pesar de los aspavientos constantes de su entrenador, de relucientes zapatillas blancas y look discotequero años ochenta, que se llevó para Elche los tres puntos que nos acercaban tanto a la Champions…  

Hemos perdido un partido importante, incluso el míster lo ha dejado entrever en sus elegantes ruedas de prensa post partido; no seré yo quien le recrimine nada al equipo, porque lo mejor está a la vuelta de la esquina y aunque entré confiada en que saldríamos durmiendo en puestos Champions, sé cómo es este Betis y por ello, me he marchado cabreada y contenta a la vez, activando el modo Copa y con la esperanza de saber que el Betis es equipo de fechas; hay quien dice que ni en 1977 ni en 2005  no ganamos el partido anterior a la final, levantando en ambas ocasiones la Copa del Rey por aquellos que saltaron al césped del Villamarín a recordarnos por dónde se va a la gloria. Dejemos que Joaquín duerma tranquilo con el brazalete cerquita y vele por los sueños de los béticos que fiel a nosotros mismos, somos capaces de estar eufóricos solo con rozar la gloria, manque el cabreo.

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