Optimización de los recursos

Rodri controla un balón en el partido de UEFA Europa League ante el HJK Helsinki. | Imagen del perfil oficial del Real Betis Balompié

«Jugar bien es restarle posibilidades a la suerte», fue la máxima de Ángel Cappa en una entrevista. El comentarista sin saberlo puso en jaque al segundo entrenador del Real Betis, Rubén Cousillas. Rubén es ese tipo que grita «kirikocho» con intención de invocar algo que impida que entre ese gol de Yunus Musah en la final copera. Al mismo tiempo, es ese sabio que agarra con tanta fuerza una estampa con el rostro de La Esperanza de Sevilla siendo no más que una cuestión de fe. Además, junto a un cuerpo técnico espléndido capitaneado por Pellegrini, prepara cada faceta del juego en los entrenamientos. ¿Suerte?, ¿fe?, ¿preparación? ¿Es un cúmulo de todo? ¿Hay algo que sobra en la metodología de victorias en la que tiene implantada al equipo?

El Real Betis venció el pasado jueves en Finlandia al HJK Helsinki. Lo hizo de naranja. ¿Fue un guiño? ¿A qué?, pensaréis vosotros. Os explico mi tesis. A mi modo de ver, la causa principal de los triunfos de este equipo es la optimización de los recursos que preside estas líneas. El hecho de sacar rédito de todas las situaciones a pesar de las adversidades. Es la manera en la que Manuel Pellegrini y los suyos exprimen al máximo el jugo a la naranja, sin dejar nada fuera del vaso. Lesiones, inscripciones y falta de recambios naturales. Para el duelo ante el Villarreal CF no estarán Bellerín, Fekir o Juanmi. A mí eso me preocupa, pero no tanto. Ya vimos la pasada temporada el carrusel de rotaciones en el que estuvo sumergido el plantel. Todos ofrecían el máximo nivel de sus capacidades, de eso no quedó ninguna duda al final de la temporada.

Como decía anteriormente falta Bellerín, pero el técnico chileno se ha sacado de la chistera un invento que cada vez desentona en la posición de lateral. De hecho, es que lo hace bien. Se trata de Aitor Ruibal. El catalán se ha adaptado perfectamente a la posición de carrilero diestro, plenamente consciente de las necesidades del equipo al igual que su técnico. Ahí está la cuestión: Pellegrini es un comunicador magnífico. Transmite a las mil maravillas su idea de juego, hasta tal punto que parece más propia de los jugadores que de él. Así, los de verdiblanco gozan de una identidad propia a la que no renuncian ni en las derrotas, como lo fue la visita al Santiago Bernabéu.

En la actualidad, pese a que alguna goza de una menor duración que otra, las bajas de Fekir y Juanmi son realmente sensibles en el esquema bético. A Fekir le suplió sin éxito Canales en el Bernabéu, quién se vio solitario en la sala de máquinas ante la ausencia del francés y de William Carvalho. En Helsinki, lo hizo Joaquín. En este sentido, pese a que no tomó un verdadero papel de protagonista, el portuense le puso el adjetivo exitoso a cada balón y cada pase que salió de sus botas. Y venció el Betis. En parte, también gracias a la espectacular actuación de Rodri Sánchez. El canterano bético adoptó un rol que fue clave en el encuentro.

Después de todo, me surge una duda: ¿Pesa más la polivalencia del jugador o la capacidad de adaptar el esquema del entrenador? Después de largo rato reflexionando llego a la conclusión de que ambas se retroalimentan. Tan importante es que Aitor haga buenos partidos de lateral, extremo o carrileros, como que Pellegrini sea consciente de las habilidades del catalán para probarlo en esa posición, depositar toda la confianza en él y rodearle de jugadores a los que pueda complementar.

En definitiva, una de las claves principales de este Betis es el rendimiento habido y por haber cuyo máximo responsable es la cabeza visible de esta magnífica gestión deportiva. Se trata de Manuel Pellegrini, aunque tanta culpa tiene él como el equipo que lo rodea, como el director deportivo que pone a punto su plantilla y como la dirección que dio la oportunidad de que todos estén aquí. Hoy por hoy, el Real Betis compite y vence que no es poco.

Ivan Diaz

Estudiante de Periodismo en la Universidad de Sevilla. "El fútbol que se lee".

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