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Betis y Leganés han disputado una primera parte en la que solo ha habido un equipo sobre el césped. Los de Aguirre pidieron penalti en una jugada de Álex Moreno que no fue concedido sorprendentemente.
El Betis ha hecho la peor primera parte de la temporada, sin excusas, con un juego inexistente y una inferioridad aplastante ante uno de los colistas de LaLiga.
El Betis, como en la mayoría de partidos de la temporada, ha demostrado que su posición en la tabla no es cuestión de causalidad. Rubi hizo 2 cambios al descanso entrando Loren y Barragán en sustitución de Guido y Emerson, ambos, con tarjeta amarilla.
Loren ha dejado destellos de que debe ser el delantero titular, ya que sin tener su mejor partido ha sido el mejor del equipo los minutos que ha tenido sobre el campo.
La segunda parte fue una copia de la primera parte acabó por desquiciar al conjunto verdiblanco.
Aleñá tuvo a pase de Canales el gol en sus botas pero el remate del catalán fue repelido por Juan Soriano en la mejor ocasión del partido.
El Leganés jugó sus cartas y se lleva un empate que le sirve mucho para su objetivo de salvar la categoría, por otra parte, el Betis pone fin a una mala racha ya que no conocía lo que era puntuar en el campo del sur de Madrid.
Este empate prolonga la mala racha del Betis que debe empezar a mirar la temporada que viene, donde hay jugadores que no pueden seguir en la plantilla.
La realidad del Betis es dura, el partido de hoy ha sido un regalo el punto, no ha merecido más ante el colista.
El conjunto de Rubi no le gana a nadie que le juega un poco, la irregularidad de este equipo hecho y diseñado para competir en Europa puede convertir la ansiedad en un factor determinante, el Betis mira con miedo la parte baja.
Duele, pero es así, el conjunto verdiblanco no está salvado, debería empezar a mirar ese objetivo porque el otro, se ha terminado por despedir hoy.
Por otra parte, habrá que estar atentos en los próximos días a la sanción de Borja Iglesias que pinta dura ya que el gallego ha perdido los papeles empujando a un miembro del banquillo pepinero en un gesto que se debe reprochar y que para nada era necesario.
