El Real Betis Balompié llegaba a la jornada 32 jugándose la vida en la lucha por los puestos europeos, y se enfrentaba a uno de los rivales directos, como es el Valencia CF. La afición valencianista lo sabía, y desde una semana antes se había colgado el «No hay billetes» en Mestalla. Pero, lo que no se esperaba, es que la grada del coliseo che iba a estar plagado de aficionados béticos.
Una de las semanas grandes de Sevilla, como es la Feria, terminaba el mismo día que el conjunto verdiblanco tenía la final ante el Valencia. Se esperaba que esto provocara una menor afluencia de béticos en la ciudad del Turia. Pero no fue así. Más de 1000 «locos de la cabeza» nos dimos cita en Valencia para llevar en volandas al Betis en la lucha por seguir disputando competición europea la próxima temporada.
El día, en mi caso y en el de muchos, empezaba muy temprano. A las 4:00 nos pusimos en autobús rumbo de Valencia. Tras 8 horas de viaje interminables, llegábamos al hotel donde se alojaba el equipo para recoger las entradas del partido, al igual que tuvieron que hacer todos los aficionados desplazados hasta allí. Sobre la 14:00 se dieron cita los béticos justo en frente del puente de San José, junto al jardín del Turia. Allí se estuvieron acumulando los numerosos béticos desplazados, hasta que a las 17:20 salió la marea verdiblanca escoltada por la Policía Nacional hasta Mestalla. Hasta que no partimos hacia el estadio, no fuimos realmente conscientes de la gran cantidad de gente que habían ido hasta Valencia.
Ya una vez dentro del estadio y colocados en la zona visitante, la afición empezó a animar desde que los jugadores salieron a calentar. El partido empezó, el equipo dio la cara y la afición no falló. Tanto en el césped como en el graderío, el Betis fue superior al Valencia en casi todo momento. El equipo y la afición repelieron el calor y el sol que hacía en Valencia con buen fútbol y con cánticos. Con el 0-1, la afición estalló de júbilo. Abrazos, gente volando, gritos…, todo lo normal que se ve en una grada visitante en cualquier campo que visita el Betis, exactamente igual que si fuera el Gol Sur del Villamarín.
Igual que la afición vibró en el gol y reconoció la gran primera parte del equipo, también fue capaz de reconocer como en el segundo tiempo, el colegiado quiso privar al Betis de una victoria cómoda. Primer, con el gol anulado a Bakambu, que fue anulado por supuesta falta, que, por mucho que veo repetido, soy incapaz de ver. Luego, con el penalti señalado a Miranda. Es cierto que el jugador salta con el brazo separado del cuerpo, pero el delantero valencianista mete la cabeza y busca el codo en el momento en el que ve que no llega a rematar el balón.
El 1-1 supuso un palo, tanto para el equipo como para la afición. Fue algo inesperado, pues fue el árbitro el que quiso meter al Valencia en el partido. Aún así, la afición volvió a animar y a levantar al equipo como siempre hace. El Betis buscó el gol de la victoria, y en fue el propio Ayoze el que hizo el 1-2. Ahí, se cayó la grada Gol Xicotet de Mestalla. Al final, tercera victoria fuera de casa del Real Betis Balompié, tras las logradas en Villarreal y Mallorca.
Y, ahora, entramos en semana de derbi. Después de las semanas grandes de la ciudad, llega la semana de la fiesta futbolística en Sevilla. Miles de personas se darán cita en el Villamarín para apoyar el equipo en una nueva final en estos últimos 6 partidos de liga. Se intenta y se espera que se permita un entrenamiento a puerta abierta a final de semana, para meter en la sangre ese veneno que muchas veces les han faltado a los verdiblancos en el derbi. Se intentará también volver a ver un recibimiento como dios manda, y no a 100 metros como se viene viendo en la presente temporada.
Para acabar, dejar claro cual es el siguiente objetivo: demostrar quien manda en la Ciudad del Betis.