Primer encuentro fuera de casa, en tierras mallorquinas tras una semana de movimientos en las oficinas béticas para solucionar el famoso tema de las inscripciones que finalmente podrán ser ejecutadas, y que en las últimas horas, ya ha surgido efecto, como la inscripción de Luiz Felipe en La Liga para que pudiera cumplir su sanción y que estuviera a las órdenes de Pellegrini en el encuentro contra el Osasuna.
Don Manuel conformaba un once inicial con Rui Silva en portería, Edgar, Pezzella como pareja de centrales, Alex Moreno y Ruibal como pareja de laterales; Centro del campo para Nabil Fekir, Guido, Carvalho, Rodri, y delantera para Borja Iglesias y Juanmi. El pitido inicial hacía que rodara el balón de forma normal, simple y tranquila. Pero la tranquilidad se acaba al minuto de empezar con una falta de William Carvalho a Kang In Lee, donde el árbitro le muestra amarilla cuando el jugador toca primero balón y después alcanza al contrario por la inercia de la jugada. Desde luego, esta no iba a ser la única situación en la que iba a ser protagonista González Fuertes, ya que a los 6 minutos de partido, una mano más que clara no es pitada por el árbitro, y tiene que ser el VAR a los dos minutos de la jugada, el que avisara al árbitro para que parara el juego. Para colmo, la pantalla de visualización de la jugada estaba congelada por lo que la decisión se retrasó unos minutos más hasta que el colegiado corroborara que era penalti, y que transformado por Borja Iglesias, se convertía en el primer tanto del encuentro. Los nervios se notaban en ambos equipos, con un Betis muy activo en todo y un Mallorca que achuchaba pero que no le era suficiente contra un Betis que conectaba los pases con mucha certeza.
La contienda continuaba después de un pequeño periodo en la que el Mallorca atacaba y conseguía provocar un par de córners que no quedaban en nada. Los verdiblancos seguían jugando con una calidad digna de muchos millones, con Carvalho acertando pases de precisión milimétrica y un Guido que cortaba todo lo que el conjunto balear tocaba. Entre las diversas ocasiones de contra y jugadas a balón parado de los de Pellegrini, sumaban más ocasiones que no conseguían materializar, incluso en algunas ocasiones forzaban tarjetas a jugadores como Muriqi, que veía la tarjeta amarilla. Sobre el minuto 31 se realizaba la pausa de hidratación y Pellegrini aprovechaba para ajustar algunos parámetros defensivos que en los últimos minutos estaban fallando. El juego del Betis se pausaba, aunque siempre que hubiera una contra aprovechable la iniciaban, aunque Juanmi realizaba una entrada muy fea sobre Maffeo en el minuto 35 que le hacía ver la amonestación. Los minutos transcurrían y el Betis empezaba a perder el dominio del balón, cosa que fue recuperada poco a poco tras unos minutos con jugadas como la que realizaba Alex Moreno por la banda, dejando atrás a Maffeo y colgando un balón que terminaba en córner. En ese mismo córner, Carvalho remataba a puerta, con la desgracia de que el balón rematado salía unos centímetros por el lado del palo izquierdo. Tras cinco minutos de descuento, una buena jugada de Fekir y una patada a Carvalho, finalizaba la primera parte en Son Moix con el Betis por delante en el marcador.
Comenzaba la segunda parte y todo transcurría normal, hasta que en el minuto 55, Muriqi empataba el partido luego de una jugada por banda izquierda que cuelgan y remata. Tras este gol, el Betis buscaba por todos los medios meter gol y para ello, introducía en el minuto 64 a Rober por Rodri, un jugador mucho más extremo que el extremeño y que podía desequilibrar en algún momento el partido. Pero para sorpresa, Fekir recibía una falta de Dani Rodríguez bastante fea, y cuando el francés iba a por el balón para sacar rápido, este se enzarzaba con un jugador del Mallorca, lo que hacía que le dejara caer y el francés recibiera la tarjeta amarilla, pero también que la recibiera Dani Rodríguez por las protestas. La segunda parte se está convirtiendo en un auténtico correpasillos, y esto al Betis no le venía nada bien, ya que el control de posesión se había perdido a medias, y la agresividad y los ataques del equipo mallorquín eran más frecuente. Pero llegó Nabil Fekir en el 69’ en un control de balón que le provocaban un penalti que pitaba en primera instancia el colegido. Se empezaba a liar una pequeña tangana que terminaba finalmente con amarilla para Pezzella y Bataglia. Borja Iglesias (con mano vendad por un pisotón en la primera parte) convertía de nuevo el segundo penalti verdiblanco del partido y le concedía algo de tranquilidad al conjunto verdiblanco, pero la tranquilidad duraba muy poco, tras el saque de puerta, un pase filtrado entre líneas a Muriqi hace que este disparara a bocajarro y que Rui Silva paraba como si de un portero de futsal se tratara. Las ocasiones verdiblancas seguían sucediéndose, esta vez era Juanmi el que mandaba el balón a un lado de la portería tras un golpeo, y Pellegrini decidía sacar a Paul por Borja Iglesias para poder establecer algo de control y tranquilidad en el centro del campo, y dejaba en punta solo a Juanmi. El final del encuentro se acercaba, y la ofensiva mallorquina se volvía más agresiva, teniendo que emplear a fondo realizando faltas como la cometida por Rober en la que veía la amarilla, que posterior al saque de esta falta, Fekir controlaba con la mano un balón que acaba en falta, tangana y amarillas para Maffeo y Guido. Tras el saque de esta otra falta, que golpeaba al larguero, Rui Silva se convertía en el salvador del partido con dos paradones a bocajarro con la pierna cual portero de futsal, y finalizaba la jugada con falta sobre Edgar. La frenesí continuaba, y con ello, Alex Moreno recibía una patada en todo el muslo que le dejaba dolorido con su consiguiente falta, que aprovechaba Pellegrini para sacar a Carvalho por Loren. El encuentro alcanzaba el minuto 90 y el colegiado añadía nada más y nada menos que nueve minutos de descuento, lo que hacía que el sufrimiento por terminar con los tres puntos se alargara unos minutos más, en los cuales, el Mallorca seguía dando guerra y conseguían un córner tras un tiro de Maffeo. Este córner se convertía automáticamente en dos y tras el segundo saque, el Betis recuperaba el balón de forma momentánea pese a que perdían el balón numerosas veces pero lo recuperaban de una forma u otra. El equipo estaba totalmente metido atrás, no querían que se jugara, siendo el centro del campo un frontón para poder aguantar los ataques mallorquinistas que entraban más bien por las bandas. El encuentro finalizaba, por fin, con dos acciones de falta y tarjeta a favor del Betis. Un encuentro que había costado sangre finalizarlo ya que el rival no lo había puesto nada fácil.