Betis e Isco, un regalo de Navidad… adelantado

Parece lejano, pero no hace muchos meses de su llegada. Un fichaje que tuvo de todo: desde unos cuantos soñadores que confiaban en su resurrección, hasta otros muchos que dudaban de su profesionalidad. En medio de este revuelo, Isco aterrizó en el Real Betis como agente libre. Tan solo una llamada con Pellegrini y las negociaciones con Ramón Planes bastaron para que el malagueño firmase por el Betis. Y lejos de decepcionar, el mediapunta ya se ha ganado el corazón de los béticos.

Isco llegó al Betis con 31 años y sin competir desde diciembre, estando toda la segunda mitad de la pasada campaña sin equipo. No es sinónimo esto de perder el tiempo, pues Francisco Román Alarcón Suárez se estuvo machacando para ponerse en perfecto estado físico. Manuel Pellegrini, su principal valedor, sacó una de las mejores versiones del ex del Madrid en el Málaga hace ya 10 años. Tras un gris paso por el Sevilla, el malagueño firmaba hasta 2024 con el eterno rival. El salario en el Betis ronda el millón de euros fijos, con otras cantidades apartes a percibir en función de logros y objetivos. También existe la posibilidad de ampliar automáticamente el contrato hasta 2025 si se cumplen ciertas condiciones.

La noticia en el día de hoy la ha avanzado Al final de la palmera. Y es que nadie en el Betis tiene la más mínima duda: Isco debe renovar. En esto han trabajado club y jugador, que ultiman un acuerdo hasta 2026. Es el deseo de ambas partes. Se trabaja en que el salario del jugador no dependa tanto de las variables, e incremente su salario fijo. También se aumentaría su cláusula de rescisión, que actualmente es de unos 10 millones de euros. De este modo, y cumpliendo este más que posible contrato, Isco finalizaría su andadura en el Betis con 34 años.

Así, el Real Betis blindaría a uno de sus magos más brillantes. Isco se ha erigido como la sensación verdiblanca en este arranque de curso. El malagueño ha anotado tres goles y tres asistencias entre todas las competiciones. Pero no solamente son las cifras, sino los aficionados que levanta de sus asientos a base de regates, o las sonrisas que provoca con gestos como el penalti que le cedió a Fekir ante el Aris Limassol. Isco está feliz. Y el Betis, con él, también. Un regalo de Navidad para ambas partes… que se adelanta.