De Sevilla a Barcelona. La canción del momento no conoce fronteras. Sonó en Heliópolis, ha sonado en la Ciudad Condal y todo pinta a que se seguirá escuchando por más sitios del territorio español. El Real Betis, con un gol de Juanmi, se impuso al Barça de Xavi y el famoso cántico volvió a hacer vibrar a todos en un partido complicado, pero que, a pesar de la desconfianza de muchos, se acabó ganando.
Poco después del pitido inicial de un González Fuertes que daría mucho de qué hablar, se pudo ver un caño de Coutinho a Guido Rodríguez que parecía una premonición de lo que iba a suceder. El brasileño, durante los primeros minutos, desató pesadillas en las cabezas de todos los béticos, aunque la cosa se fue ralentizando con el paso del tiempo. No solo la caraja con la que salió el Betis le dio al duelo un ritmo lento, también las continuas faltas de los culés que estaban «de rositas».
El colegiado, fiel a su estilo, sacó una amarilla bastante cuestionable a Sergio Canales y fue ahí cuando empezó a liarse la cosa. Más incomprensible fue esa decisión cuando Nico, quien parecía tener ganas de gresca, no fue amonestado poco después. De hecho, no será por oportunidades, pero hasta el borde del descanso no acabó con amarilla -y eso que podría haber sido expulsado-. Hubo más drama que fútbol, ya que hasta Gavi tuvo que ser retirado por un mal golpe en la cabeza. No fue hasta los minutos finales que el Betis -con Álex Moreno como destacado- aprovechó para lanzarse al ataque a duras penas, tomando malas decisiones en metros finales. Esa faceta la compensó con un Bartra a buen nivel que le salvó de lamentaciones previas a la segunda mitad.
El objetivo de los de Pellegrini para los 45 minutos restantes tenía que pasar por tener más el balón. Y, en los primeros minutos, así fue. Se llevaron las manos a la cabeza con un gol de Juanmi que fue anulado en el 52 y también con la entrada de Dembélé al campo, que dejó más de un susto. Además, el Betis se fue achicando con un Barça que se engrandeció con la presencia del atacante, pero cuando los verdiblancos más estaban echando de menos a Fekir, saltó la sorpresa.
Canales, quien parecía no estar muy inspirado, volvió a tirar de chistera e hizo que surgiese la combinación entre el cántabro, Tello y Juanmi, quien, como no puede ser de otra forma, batió a Ter Stegen para adelantar al Betis en el marcador alrededor del 80. Después de esto, tocó seguir el patrón habitual: sufrir y aguantar hasta el final. Pero esta vez fue así, no hubo lamentaciones ni desgracias y, aunque a más de uno le faltó el aire, los de las Trece Barras se impusieron al Barcelona cantando «oh Juan Migué». El Plan de Pellegrini suma y sigue.