Navidad en Heliópolis

Alba Palmerín Betis
Alba, ‘Fichaje Estrella’ de la Fundación Real Betis, en los instantes previos al Real Betis – Real Sociedad.| Imagen vÍa Perfiles oficiales Fundación Real Betis

Es Navidad en el barrio de Heliópolis. Así lo dice mi calendario, un legajo al que no le quedan más hojas que arrancar. Pende de una imagen de la Esperanza, bajada de los cielos por estas fechas como marcan los cánones, porque en La Palmera, como en San Gil, la Navidad se tiñe de verde. Se marchan los días cual margarita deshojada, con la tristeza inherente de lo vivido, y la eterna ilusión por lo que vendrá.

Hoy, a tan solo unos días del nuevo año, sigo el halo de Esperanza que dejó la entrañable Alba en el césped del Villamarín con sus pequeños pies, cuando pasito a pasito se acercaba al Palmerín. Con él, cincuenta mil almas esperaban al final del camino para abrazarla. Fue en esta pequeña donde el sabio graderío del Coliseo Verdiblanco supo ver una serie de valores del beticismo, representados en su figura. Todos, ilusionados por un devenir de prosperidad. Todos, con las almas entrelazadas para afrontar cualquier adversidad. Todos, con el deseo de ver al Betis triunfar. En el lugar donde habita la Esperanza, y donde ven al Betis campeón, qué la Navidad teñida de verde, nunca despierte de la ilusión.

Ahora que todo parece bonito, permítanme que saque el bisturí. Pronto caerá el telón del vigésimo-primer año del nuevo siglo, y con él se marcharán las alegrías pasadas. Así pues, de nada sirve pensar que las victorias pasadas traerán por sí solas algún éxito. Fijaos en lo que os digo, pues mientras vosotros soñáis en vuestro lecho con algún que otro himno de competiciones que no me atrevo ni a nombrar, yo me aferro a las sábanas en mi camastro dudando de cualquier posibilidad. Se llama pesimismo, se apellida hipotética lesión de Guido Rodríguez y vivo en la calle Mesina, Maternidad o León Pavot, según el día.

Jamás vi un año terminar de la manera en la que se cierra este, en el que todas parecen ser buenas noticias. De hecho, del bombo de Haro y Catalán, los niños del Claret, (lo que viene siendo el San Ildelfonso verdiblanco), de la misma manera sale un día ‘la bola’ de la renovación de Canales, que la de Pellegrini. Sí, habéis leído bien, el baluarte chileno pasará tres navidades más aquí. Sí, habéis intuido bien, por mi parte yo me temo que como al Gobierno español le dé por cuadrar el tema de las pensiones, don Manuel se nos va antes de tiempo.

Quién me dice a mí que no empiezan a flojear las piernas como en Talavera. Quién me niega que lo de Bilbao no fuese el posible comienzo de una debacle. Si algo sé es que en los relatos verdiblancos, pocas veces apareció antes un final feliz. No obstante, yo tampoco puedo rebatir la tercera plaza en la tabla del campeonato nacional, como tampoco puedo hacerlo con las buenas sensaciones que ha ido dejando en los otros dos torneos que disputa de manera coetánea. En este sentido, hoy por hoy, soy yo el que no puede negar que el Real Betis que se clasificó a mitad de año para competiciones europeas, se pasea ahora por el espacio Schengen con la misma soltura que lo hace por los potreros de la antigua Segunda B española.

Esta Navidad, para Alba, salud, Esperanza y un Betis Campeón. Esta Navidad, para la infantería bética, salud, Esperanza y un Betis Campeón. Esta Navidad, para mí, alegría, fe y devoción, o lo que es lo mismo. Es Navidad en Heliópolis.

Ivan Diaz

Estudiante de Periodismo en la Universidad de Sevilla. "El fútbol que se lee".

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