No mires arriba

Juanmi Betis Celta
Juan Miguel, cabizbajo tras la derrota ante el RC Celta de Vigo.| (Foto de Fran Santiago/Getty Images)

Aviso, no estaréis exentos de spoilers.

La otra noche, recién conocedor de un contacto estrecho con un optimista de estos de los Omicrones, me dispuse a ver una película que parece acaparar actualmente todas las pantallas. Soy curioso, y como tal, este filme que ha levantado una gran crítica social, y que ha sido capaz de arrancar comentarios de todas y cada unas de las posturas mediáticas, me dejó enganchado hasta el final. Sí, no os voy a mentir, me pudo el sueño y vi los últimos veinte minutos a la mañana siguiente. Pero bueno, esa no es la cuestión. A lo que iba, la historia me dejó algo pensativo y me quiso traer un recuerdo, un «déjà vu» (ahora que sé francés). Aún no había pisado el «Príncipe de las Bateas» la ciudad hispalense, pero visto el desenlace, no varían mucho las sensaciones de cuando hace un par de semanas nos sentamos a ver el «Rey León» en San Mamés.

Dejando los rugidos de Iñaki Williams a un lado, ahora la trama irá de cuerpos celestes. No solo porque Iago Aspas juegue en el Celta, sino porque también así se les conocen a los cometas, como el que protagoniza la historia. De hecho, esto me será útil para establecer una comparación entre el cometa ‘Dibiasky’ e Iago Aspas. (Parece un poco complejo de primeras, pero una vez quede desglosado veréis como no es para tanto). Como decía, en el filme un cometa advertido por un observatorio astronómico estadounidense ve cómo, alfombra roja incluida, aterriza en la Tierra, acarreando unas consecuencias devastadoras. La alfombra, «cosida a mano» por Meryl Streep, quien interpreta a la presidenta de los Estados Unidos mediante el personaje de Janie Orlean, pues primero ignora el peligro, y luego trata de obtener un rédito económico para el país, es posteriormente desplegada sin disimulo alguno. Son dos periodistas del programa de televisión «The Daily Rip», Jack Bremmer y Brie Evantee, quienes se arrodillan, la deslizan e incluso la planchan. Esto, retóricamente, es lo que hacen con la información del cometa, puesto que lo incluyen en su agenda mediática justo tras el divorcio de una pareja de cantantes, (para que se hagan una idea).

Os preguntaréis a qué vienen tantos rodeos para hablar del Betis, pero como fiel admirador del refranero español, me tomo la licencia de deciros que «las cosas de palacio van despacio». En este sentido, la película la vi tan solo un par de días después del balance navideño de Ángel Haro y José Miguel López Catalán, y es inevitable (a una escala mucho más reducida claro está) establecer algunas similitudes entre ambos. Como señores presidentes que son de la entidad, merecen un trato justo. De hecho, no sé por qué Jack Bremmer, quería decir, Juan Bustos, no se levantó a ponerles un cojín. Al fin y al cabo, una facilidad más arriba que abajo… Sí señores, treinta y tres puntos ha hecho el equipo en la primera vuelta. Realmente es algo fantástico y jamás vi a los verdiblancos encadenar tantas victorias, así como tampoco lo vi tan alto en la clasificación. Eso no justifica que no haya que ser crítico con la más mínima persiana mal enrollada de las oficinas del club. Se halaga, sí, cuando es debido, pero también se critica cuando es necesario, y esto no me queda a mí muy claro.

Los resultados son mayoritariamente favorables hoy por hoy y, de seguir así, el equipo realizará una temporada magnífica. Si bien, llegados al ecuador, el equipo necesitaba un toque de atención para que no bajase el ritmo. El tema es que lleva ya dos toques consecutivos. No obstante, esto dijo Jason Orlean, (hijo de la presidenta), conocido por el Villamarín y alrededores como López Catalán en esa charla en los medios oficiales del club: «El entrenador está contento, no tiene una posición que no esté doblada o que necesitemos reforzar y eso nos lleva a afrontar el mercado con calma». A mí, señores, con la cabeza fría, teniendo en cuenta tanto los momentos buenos , como los otros no tan buenos de la temporada, me vienen a la cabeza como poco un central de garantías, un extremo titularísimo y, por supuesto, un relevo para don Guido Rodríguez.

Llevamos varios años viendo como Jack Bremmer, ya fuese mediante Nacho González, Juan Bustos o cualquiera que fuese, ha blanqueado (a una escala mucho más reducida claro está) la mala imagen deportiva del club. Así pues, con los medios oficiales del club como mero gabinete de prensa, cual «The Daily Rip», también podrían ser culpables en un futuro de la hipotética caída de un cometa, cual «no clasificación a Europa».

Sirva este artículo como toque de atención, por si fueran pocos los de Athletic Club y Celta de Vigo, para apelar a la autocrítica. Dios libre al Betis de cometas, que yo no puedo. Como ven, con el pesimismo por bandera, rehúyo del club de los optimistas del Omicrón, así como de caer en la trampa del batacazo verdiblanco. Ese que no te esperas, con el que te ilusionas, pero del que muchos ya hemos aprendido. Eso sí, los de verdiblanco siempre con la cabeza bien alta.

Ivan Diaz

Estudiante de Periodismo en la Universidad de Sevilla. "El fútbol que se lee".

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