Algo se muere en el alma cuando la Champions se va

Joaquín Final Copa del Rey
SEVILLE, SPAIN – APRIL 23: Joaquin of Real Betis pretends to be a matador as they celebrate victory after the Copa del Rey final match between Real Betis and Valencia CF at Estadio La Cartuja on April 23, 2022 in Seville, Spain. (Photo by Angel Martinez/Getty Images)

Caía la tarde en esta Francia que para mí se marchita. Los últimos compases de «Consuelo gitano», marcha que acompañaba al Señor de la Salud en la Campana, ambientaban mis paseos al armario en busca de finiquitar la maleta que, cual Pepito Grillo, me acompaña en este Erasmus a conocer Europa. De pronto, una voz entró por la ventana con un aroma a Straciattella. Era mi encantador amigo Andrea, que se iba a por su tradicional «aperitivo de por las tardes». Menudas cervezas se bebe el angelito. Él, como yo, empezamos a disfrutar de los últimos días en Angers. Paradójicamente, tanto él como yo lo hacemos fuera de la ciudad que tantos maravillosos momentos nos dio este año. De repente me volví un tanto cosmopolita. ¡Qué pena me va a dar cuando me despida de él! ¡Y de mi Pierpaolo y de mi Lorenzo!

Una pena que asemejo tras despedir el mes de abril del Real Betis. Parece que han sido siglos desde aquella noche tan fascinante donde tocó la gloria. No quise que se fuera. ¡No te vayas todavía!, gritaba mi mente al sentimiento que me ocupaba el corazón. Si bien, la ilusión por poder entrar en Champions arrebató instantáneamente la pena, y la intercambió por un cosquilleo. No quiero decir que una rimbombante Francesca con un palco en Roma y una caseta en Venecia vaya a sustituir a mis niños, qué conste en acta. Aquella noche permanecerá por siempre en mis recuerdos.

Inevitablemente, oír la melodía de Tony Britten cada martes en el Villamarín acapara los más húmedos de mis sueños. Lo siento Francesca, ni tú lo igualarías. Pero los sueños, sueños son. Con la Champions a siete puntos, la ilusión se ha esfumado en soplidos. No es que no me satisfaga la temporada, que me satisface, pero quién quiere un ocho en el examen pudiendo sacar el nueve. Es cierto que las notas son en realidad subjetivas. Nadie va a negar que, en comparación con las dos últimas décadas, esta temporada haya sido de diez. El Betis está donde, como mínimo, se le exige. Si bien, en cuanto a las expectativas generadas, el contexto parece augurar que la temporada se quedará en el notable. Un notable para un equipo que permaneció durante diez jornadas en Liga de Campeones y que hoy por hoy, a falta de tres jornadas para terminar permanece más cerca del octavo que del cuarto en cuanto a puntos hablamos.

Estuvo tan cerca, tan tan cerca, que lo vi veraz. No era real, como tampoco la ilusión de que los italianos vivan en dos plantas sobre mí durante toda la vida, pero por un momento me lo creí. Es por eso, que ahora que todo se acaba y echo la vista atrás, solo pienso que nada cambiaría por un año como el vivido. Me quedo con mi Copa y con los italianos, o lo que es lo mismo, con los italianos y con mis copas. Ci vediamo fratellos. Hasta el año que viene, Copa bonita.

Ivan Diaz

Estudiante de Periodismo en la Universidad de Sevilla. "El fútbol que se lee".

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