Hoy a las cuatro y cuarto de la tarde se daban cita en el Benito Villamarín el Athletic Club de Bilbao y el Real Betis Balompié. El conjunto de Pellegrini venía de encajar solo derrotas y el de Marcelino García Toral de ganar la ida de Liga y con la intención de ganar la vuelta. El Betis ganaba, ponía tres puntos importantes en su clasificación y demostraba que en casa el escudo ni se roza.
En la primera parte, los del Ingeniero en sala de máquinas controlaban el partido y eran superiores en todas las zonas. La solidez del metal venía del centro del campo con Guido Rodríguez cerrando los espacios y el pulpo Paul Akoukou recuperando todos los balones y fino en la salida de balón.
En torno al minuto trece, los vascos, con sus rápidas contras sorprendían con un centro a la cabeza de Iñaki Williams, que no conseguía batir a Rui Silva. En el minuto diecinueve, el Betis, que constantemente estaba buscando la portería de Unai Simon, tras un regate en una baldosa de Fekir y un centro eléctrico de Miranda, se ponía por delante. Un centro medido a la cabeza de Borja Iglesias, habilitaba el zarpazo del Panda, que ponía el primer gol del encuentro en el marcador. Pese a que el Athletic lo buscó, la primera mitad iba a morir con el Betis atacando la portería de los rojiblancos y el marcador del rival a cero.
El segundo tiempo empezaba con un Betis buscando el balón, conduciendo, que atacaba y presionaba. Con la entrada de Nico, los hermanos Williams nos ponían en algún que otro apuro con centros milimétricos y disparos cerca del arco del guardameta luso, pero el gol de los rivales no llegaba. El transcurso del partido llegaba a los últimos veinte minutos, y las entradas no cesaban, con Paul y Fekir encajando golpes en lances de todos los colores.
Aitor Ruibal y Carvalho entraban para dormir el encuentro. Pero la cosa se complicaba, Fekir obtenía la roja en el minuto 80 por desesperación del francés ante las constantes faltas, se le descontrolaba el partido a Mateu Lahoz. Se acababan las oportunidades y Carvalho recién estaba empezando a sacar las partituras. Los siete minutos de añadido pasaban con los nuestros luchando y el partido iba terminar con el sudor en la frente de Canales, que ejercía de nuevo de capitán y le daba al Betis la victoria que necesitaba.