Ambiente de gala en un Villamarín lleno hasta la bandera, a pesar de los precios poco populares de las entradas. A las 21:00h, en una Sevilla que todavía arrastra la resaca que deja una de nuestras semanas grandes, la de la Feria, ha dado comienzo en el templo bético el partido que enfrenta al 5º clasificado de La Liga con el 2º. Los nuestros, buscando acercarse a un Atlético de Madrid que puede perder puntos en el derbi madrileño, acercarse a la Champions. Los de Xavi, por su parte, queriendo asentarse en ese 2º puesto que les llevaría directos a disputar la Supercopa (jugarían el primer partido contra nosotros) y, de alguna manera, salvaría un poco la pobre temporada que ha hecho el conjunto catalán, sin posibilidades de ganar ningún título desde hace semanas.
La importancia de este duelo se ha notado en los onces. Ambos equipos han salido con todo, todo lo que tienen disponible. El Betis, con su once de gala (a excepción de la baja de Bellerín) tiene que salir a demostrar que siguen enfocados en el objetivo de luchar por la Champions hasta que ésta sea una opción matemáticamente posible. Tiene que salir como no salió contra el Getafe. La única consecuencia de la victoria del equipo en Copa del Rey tiene que ser el pasillo que nos ha hecho el Barça antes del comienzo del partido, mientras 46000 gargantas béticas cantaban el himno y la zona de Fondo se vestía con un tifo que rezaba “A Plaza Nueva hemos vuelto”.
En la primera posesión del Barça ya se vio lo que planteaba Xavi, buscar la espalda de los laterales del Betis. En el minuto 6 llegó el primer aviso, de la mano del Betis y de Juanmi en un contragolpe, pero finalmente el atacante no pudo rematar bien ante Neto. Tres minutos después las tornas se cambiaron y fue el Barça el que metió un poco el miedo en el cuerpo de los béticos, con un centro que Ferrán no llegó a rematar en boca de gol por pocos centímetros.
Y así se fue desarrollando la primera parte, con idas y vueltas controladas por ambos equipos, una posesión pareja y también igualdad en remates y jugadas de peligro, aunque con la sensación de una ligera superioridad del club verdiblanco. Hasta que nos fuimos al túnel del vestuario con el 0-0 en el marcador.
El palo evitó un gol para cada conjunto, primero Guido desde fuera del área y después Rui Silva mandó un balón al travesaño tras un remate de Araujo en un córner. Antes de esto, Pezzella sacó un balón en línea de gol después de que esta rebotase en su propio cuerpo tras una parada de Bravo, quien tuvo que salir lesionado un par de minutos después dejando su sitio a Rui silva. Mateu Lahoz, el colegiado del partido, tuvo varias decisiones que demostraban por donde había decidido dirigir su arbitraje. Sí, para sorpresa de nadie, el valenciano iba a ser un obstáculo para el Betis y así lo demostró perdonándole dos amarillas al conjunto culé (Araujo y Gavi) y señalando una falta de Guido en ataque por un agarrón inexistente, privando a Borja Iglesias de quedarse sólo ante Neto.
Los primeros minutos de la segunda parte hacían presagiar que el intercambio de golpes entre ambos equipos iba a continuar. Y, efectivamente, asi fue. Empezó golpeando el Betis con un disparo de Juanmi que salva Neto con un paradón. El Barça devolvió el golpe con dos ocasiones seguidas de Aubameyang y Ferrán Torres respectivamente.
En el minuto 65 ya empezaba a notarse la falta de gasolina del Betis. Los jugadores de ataque ni se molestaban en bajar a ayudar en defensa, los centrocampistas no conseguían abarcar tanto campo y se produjeron varios fallos en marcajes y pases en nuestro campo. Todo esto acabó con el gol del recién ingresado Ansu Fati, en el minuto 75, en un disparo desde la frontal del área que deja completamente clavado a Rui Silva. Pero, en la línea de lo que estaba siendo el guion de partido, el Betis sólo tardó 3 minutos en responder, con un gol de cabeza de Bartra tras un centro de falta lateral de Fekir.
A partir de ahí lo que vino fue un partido roto, en el que ambos equipos llegaban con facilidad al área rival, con jugadas muy verticales y ocasiones en las dos áreas.
Ese ritmo frenético no benefició a un Betis que, a falta de 10 minutos para que acabase el partido, se vio encerrado en su área, con un rival que no paraba de atacarle y una defensa completamente desbordada. Así llegó el gol de Jordi Alba que le dio la victoria al conjunto visitante en el último minuto, en una segunda jugada que el Betis no defendió bien y acabó con Alba rematando completamente sólo en el segundo palo.
Al final la reflexión que se hace después de un partido así es que el Betis, por el motivo que sea, no ha llegado con gasolina suficiente a este tramo final de La Liga y a medio gas no se clasifica un equipo para la Champions. Hemos tenido licencia para soñar, ha sido una temporada sobresaliente de nuestro equipo, no se le puede poner ninguna pega a nadie, pero hay que mirar hacia delante y pensar en los objetivos de la temporada que viene. A pesar de que sigue siendo matemáticamente posible, es muy difícil que le robemos ese cuarto puesto al Atlético de Madrid y más cuando de los últimos 9 puntos sólo hemos podido sumar un punto. Personalmente me quedo con la actitud del equipo, que hoy sí que he sentido que han salido a ganar el partido, hoy sí que han salido al campo honrando el escudo y han luchado hasta que las fuerzas le han dejado. Y, a partir de ahí, yo dejo de esperar nada más de esta temporada y, si viene la sorpresa, bienvenidísima sea.